viernes, 18 de marzo de 2011

Amistad


- Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo--, dijo un soldado a su teniente.

- Permiso denegado!--, replicó el oficial. --No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto.


 

El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo.

El oficial estaba furioso:

- ¡Ya le dije yo que había muerto! ¡Ahora he perdido a dos hombres! Dígame, ¿merecía la pena ir allá para traer un cadáver?

Y el soldado, moribundo, respondió:

- ¡ Claro que sí, señor!, cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme:

--Juan... ¡estaba seguro de que vendrías!

Anthony de Mello

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